Unos de los factores más importantes para el aprendizaje de los más pequeños es la experimentación, y la arcilla polimérica es un material idóneo para tal cosa, ya que ofrece un amplio abanico de posibilidades para dar rienda suelta a la imaginación.
Pues bien, una de esas tardes de larga producción tuve la suerte de recibir la visita de Héctor, un tesoro de la familia, y ya podéis imaginar lo bien que lo pasamos. ¡Aprendimos mucho el uno del otro!
No se necesita más que un poco de arcilla polimérica, un par de moldes y unos simples palillos de madera para pasar una tarde de lo más entretenida. Eso si, no podemos empezar sin antes subirnos las mangas para no ensuciarnos, tal y como Héctor iba repitiendo.
A su vez, la arcilla polimérica aporta un granito de arena a la mejora de la psicomotricidad fina, haciendo trabajar y controlar el movimiento de los dedos y la fuerza que se aplica con ellos para conseguir la forma deseada. Así que tan solo hace falta tener un poco de cuidado de que no se la lleven a la boca y disfrutar de una actividad familiar en la que se pueden sacar muchas cosas positivas. Os dejo dos fotos de Héctor mostrando lo bien que lo pasó y lo entretenido que estaba.
Muchas gracias <3
Espero que os haya gustado y sido de utilidad para tener presente cosas que se pueden hacer con los más pequeños sin necesidad de complicaciones. ¡Un saludo!